Érase una
vez unos niños que iban paseando y se encontraron una cueva. Se metieron en
ella y encontraron un portal mágico. Se metieron en él y aparecieron en otro
mundo. Cuando quisieron darse cuenta, el portal ya se había cerrado y no
pudieron regresar.
Se quedaron
asombrados, se habían transportado a un desierto, pero a lo lejos se veía una
ciudad. Cuando llegaron a ella intentaron pedir ayuda para regresar, Pero no se
podían comunicar con los extraterrestres. Así que intentaron comunicarse con
ellos mediante gestos. Lograron decir que eran de otro planeta y no sabían ni
cómo habían llegado hasta allí ni cómo podrían regresar.
Los
extraterrestres les llevaron con su jefe.